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Cuando decidimos tomar roles de líderazgo, es importante tener claros ciertos términos que, aunque se parecen, son muy distintos. Si tú eres una de esas personas que para ti un “grupo de trabajo” es lo mismo que “equipo de trabajo”, sigue leyendo porque con este post quiero regalarles una mirada un poco distinta.

Al hablar de “grupo”, nos referimos a un conjunto de personas que tiene tareas específicas que no se interrelacionan con la de otros miembros aunque tengan un supervisor en común.

En los equipos, no sucede esto. Por el contrario, se unen los esfuerzos poniendo en práctica el talento y motivación individual de cada miembro para lograr resultados más allá de lo esperado. Hay interrelación, compañerismo, cohesión, confianza y sinergia.

Nuestro deber cómo líderes es desarrollar equipos de trabajo. De hecho, para eso existimos los líderes en las organizaciones. ¿Qué hace un líder que no ayuda a sus miembros de equipo? ¿Qué hace un líder que no logra resultados a través de su equipo? Si te identificas con esto, quizás te estén pagando mucho por hacer el trabajo de un operativo…

En mi experiencia, he notado en muchas oportunidades que el desconocimiento te lleva a ser un líder capataz. Los líderes capataz buscan separar a las personas y darle funciones distintas que no tengan que ver una con la otra (en especial cuando hay conflictos entre miembros de equipo), pero realmente lo que estamos es creando un ambiente de exclusión e individualismo y que al final no va a traer muy buenos resultados.

Si en este momento te encuentras en una situación donde no sabes cómo actuar ante los conflictos en el equipo, o qué hacer con la baja productividad e incluso si no sabes lidiar con la desmotivación; sigue leyendo hasta el final porque en este artículo te explico un modelo muy valioso: el modelo de liderazgo situacional de Ken Blanchard da un marco de trabajo sencillo, medible y prácticamente infalible.

Este modelo comprende 4 fases que se miden en relación a la productividad y la moral en un equipo. Como puedes ver en la siguiente imagen:

Cada una de las fases tiene una características e indicadores que te contaremos más adelante; ahora, es importante que mires la línea azul (compromiso) y la línea roja (productividad) porque esos serán los factores determinantes para ubicarte en la fase a trabajar.

Antes de continuar, quiero aclarar que esto no es lineal. Todos los equipos pasan por todas las fases, de derecha a izquierda y viceversa. Porque pueden ocurrir situaciones que lleven a los equipos productivos a la insatisfacción o a equipos encaminados hasta llegar al máximo rendimiento.

Para cada una de las fases, quiero explicarte qué espera de ti tu equipo y qué estrategias puedes hacer para conducirlos al máximo nivel de productividad y compromiso.

FASE 1 – ORIENTACIÓN

Es posible que tu equipo tenga muchos miembros nuevos o esté apenas conformado. Cómo su líder ellos esperan de ti acompañamiento, cercanía y dirección; serán dependientes de ti casi en todo momento, así que no intentes delegar tareas muy importantes. En este punto, no se conocen a profundidad, no son evidentes las luces y ni las sombras de cada integrante. Es posible que tampoco conozcan a fondo el propósito del equipo, la cultura de la empresa o las expectativas que hay sobre el funcionamiento individual y en conjunto.

Para superar esta fase, te recomiendo algunas estrategias como:

  • Aclarar las funciones de cada miembro y su impacto en la organización, 20 minutos con cada uno para conversar sobre esto te ahorrará un sinfín de inconvenientes.
  • Abre espacios para compartir tus expectativas sobre el equipo y el trabajo a realizarse.
  • Responde las inquietudes o necesidades del equipo lo más pronto posible para mantener el interés y la cercanía.
  • Facilita la comunicación entre los miembros y escuchar sus propuestas para comunicarse cómodamente en reuniones donde se sientan seguros y no juzgados.
  • Entrega feedback constante sobre las capacitaciones o instrucciones que des,
  • Reconoce y haz saber su progreso así sea mínimo.

FASE 2 – INSATISFACCIÓN

Están pasando un mal momento como equipo. Aunque no lo parezca, es una fase inevitable e importante porque todo caos genera orden. En esta fase reina la desmotivación, los conflictos y las expectativas no cumplidas. Tú y tus miembros tendrán la sensación de que la realidad es muy diferente a lo que esperaban; pero no pasa nada, hay que aceptar las emociones y entender que esto ocurre en todas las relaciones humanas.

  • Cuando lideras un equipo, esta fase representa todo un desafío. Pero si aplicas estas estrategias, podrás superar rápidamente cualquier tormenta:
  • Identifica rápidamente la raíz de los problemas para tener claridad (puedes usar herramientas como el diagrama causa-efecto).
  • Estable acuerdos de funcionamiento en el equipo y anima a cumplirlos; debes ser equitativo y saber negociar.
  • Haz partícipe a tu equipo en las alternativas para resolver problemas, muchos pueden tener ideas creativas porque conocen de cerca la realidad operativa.
  • Normaliza las soluciones que se vuelven evidentes y documenta todo para tener referencias en un futuro.
  • Mantén un lenguaje integrador y recuerda que son un equipo, esto evita que se hagan bandos o coaliciones.

FASE 3 – INTEGRACIÓN

Tu equipo está bien y estará mejor. En esta fase el trabajo se realiza pero no en términos óptimos, el equipo ha pasado por situaciones complicadas que ha superado y se han adaptado a las funciones, también a lidiar con los temperamentos de sus compañeros y quizás son conscientes de la importancia del resto. Es muy probable que tengan inseguridad porque vienen de cometer muchos errores y vivir conflictos, quieren “evitar”.

Pero claramente hay una productividad con miras a crecer y es tu oportunidad de aprovechar esta fase para desarrollar a tu equipo al nivel de más alto desempeño.

Por eso, te recomiendo alguna de estas estrategias:

  • Comienza a delegar algunas actividades más relevantes y retadoras a tus miembros de equipo.
  • Haz reuniones de retrospectivas para mejorar los procesos internos del grupo y seguir proponiendo alternativas de mejora.
  • Reconoce sus avances individuales en privado y los grupales junto a todo el equipo. Parece cliché, pero en esta fase funciona muy bien.
  • Conversa con tus miembros para indagar cómo se sienten y qué necesitan para sentirse mejor o superarse.
  • Comienza a consolidar actividades, actitudes y buenas prácticas como parte de la cultura del equipo.

FASE 4 – PRODUCCIÓN

Tu equipo es súper productivo, está motivado y es capaz de todo. En esta fase el trabajo se realiza según o por encima de los estándares, las metas se cumplen, los miembros del equipo tienen la moral alta, son autónomos y competentes para delegar tareas clave. Además, las relaciones son de respeto y el propósito del equipo se cumple a cabalidad. En este punto, lo que necesitan de como líder es que te dediques a funcionar como un sponsor de tu equipo con el resto de la organización y hacer seguimiento de lejos (si, igual debes hacer seguimiento).

El objetivo principal de esta fase es mantenerla. Para eso, puedes aplicar estrategias como:

  • Buscar maneras de que la organización entera reconozca los logros de equipo y les de mérito en público.
  • Reconocer públicamente a los miembros más destacados en el equipo.
  • Compartir información clave sobre el negocio y las proyecciones sobre los resultados.
  • Provee mecanismos para hacer crecer personal y profesionalmente a tus miembros.
  • Dale la posibilidad de enseñar o apadrinar a nuevos miembros del equipo o ayudar con sus habilidades en otras áreas de la empresa.

¿Qué te parece? ¿Te animas a aplicar las estrategias?

Y bueno, no quisiera cerrar el post como lo hace el resto de gente en internet. Más bien quiero invitarte a hacer el test de equipos de Wiser, es una herramienta online que puedes guardar en tus favoritos y usar cuando necesites hacer un breve diagnóstico de tu equipo y tomar decisiones más acertadas.

[HACER EL TEST DE EQUIPOS]

Recuerda que tienes nuestro apoyo para lo que necesites, puedes escribirnos para contarnos tus dudas o hacernos consultas por WhatsApp. Una mirada externa siempre abre las posibilidad a seguir creciendo.

¡Éxitos!